viernes, 13 de agosto de 2010

Aspectos psicológicos que intervienen en el fútbol.

El Entrenamiento Mental

Ser resoluto, asumir riesgos, manifestar agresividad y ser solidario en el juego o, por lo contrario, dejarse desmotivar tras cada duelo perdido, carecer de voluntad, dudar de sí mismo, tener miedo de rematar a la portería contraria y la falta de concentración son todas actitudes mentales que se observan en los jugadores durante un partido o una sesión de entrenamiento. Las actividades mentales negativas tienen por consecuencia una disminución del rendimiento, así como una disminución en el aprendizaje y en la evolución de los jugadores. Los futbolistas de categoría se diferencian de los jugadores aficionado por una mejor gestión de sus capacidades mentales. La fuerza mental es una de las piezas decisivas de su talento.

Al igual que los demás componentes del rendimiento (técnica, táctica, estado atlético), el aspecto psicológico puede desarrollarse y consolidarse tanto en el terreno de juego como mediante una preparación mental específica.

La Finalidad del Entrenamiento o Preparación Mental

De una parte, la preparación mental tiene por finalidad mejorar la actitud mental y, de otra, favorecer el incremento de los componentes de rendimiento a través de técnicas que utilizan las características y los recursos de nuestra mente.

El Entrenamiento de la actitud mental

En los jóvenes talentos e incluso en los futuros profesionales, frecuentemente se constatan lagunas mentales durante los partidos. Con una preparación mental regular y repetitiva, se pueden alcanzar progresos al igual que en los demás sectores, aunque los límites sean más definidos. En efecto, ciertas lagunas mentales (por ejemplo, la falta de agresividad) son inherentes a la personalidad del individuo y no pueden modificarse en el contexto de un entrenamiento habitual. Es aquí donde se requiere la ayuda de un psicólogo deportivo.

Durante el entrenamiento, dependiendo del ciclo y del tipo de sesión, el entrenador puede conceder prioridad a la actitud mental. Existe la posibilidad de asociar un objetivo mental con otros objetivos de entrenamiento, conservando los ejercicios habituales.

De modo que el juego o el ejercicio no constituyen los aspectos más importantes, sino la dirección técnica del entrenador, quien "siente" el momento oportuno para identificar el origen del estado mental, en base al fracaso de la actividad o a una disminución de la motivación.

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