miércoles, 23 de noviembre de 2011

Fases del ejercicio en el entrenamiento.

Fase de inicio

Los ejercicios de asimilación deben ser elaborados y elegidos con la idea fundamental de ofrecer al jugador aprender las acciones técnicas y tácticas de forma práctica de acuerdo a sus condiciones, capacidades y nivel del grupo. Los conceptos a trabajar deben realizarse en forma pasiva con el objetivo de observar la técnica de ejecución o el movimiento, dependiendo del concepto a trabajar.

El entrenador debe enseñar, demostrar y corregir constantemente para lograr avanzar en esta fase. La motivación debe ser permanente, al igual que la comunicación. Mientras más seguro se sienta el jugador, mejor rendimiento tendrá por ser esta una fase de introducción sobre ejercicios técnicos concretos y muy definidos.

Los jugadores deben comprender los ejercicios o movimientos explicados y demostrados por el entrenador. Debo señalar que existen lógicamente otros métodos para poder mejorar el proceso de aprendizaje y de asimilación: lo importante es estar preparados para dar soluciones a los problemas que presenten los jugadores en esta etapa con el fin de que puedan adaptarse a lo que el entrenador desea; esto servirá y ayudará en gran medida a la autoconfianza del jugador.

Después de un tiempo de trabajo, se podrá observar la asimilación de estas técnicas futbolísticas elementales lográndose pasar a la siguiente fase en donde se irán aumentando las dificultades y graduándose hasta llegar a la realidad de juego, lo cual considero ideal para trabajar.

Fase avanzada

En esta fase de trabajo se deberá agregar al trabajo que realizamos en la fase de asimilación con rivales pasivos (conos, estacas, compañeros, etc.). Se incorporarán aspectos como la habilidad y la toma de decisiones por parte de los jugadores para resolver los conflictos que se presenten según progrese el entrenamiento. Los ejercicios deberán elevarse a un nivel más alto de perfeccionamiento y serán realizados generalmente con correctas combinaciones. El entrenador deberá exigir o procurar que los trabajos se realicen con una buena actitud, con elevada intensidad y buen dinamismo.

El jugador debe aportar en el desarrollo del trabajo su estilo personal y su creatividad e improvisación hacia las diferentes tareas.

Se debe considerar el tiempo requerido para perfeccionar el trabajo, este debe ser mayor que en la fase anterior, las formas de entrenamientos se unirán para producirse y trabajarse en conjunto ya sea por líneas o con el equipo en general.

Cuando se deseen efectuar mayores progresos siguiendo la metodología de los procesos evolutivos se deberán aplicar métodos adecuados para desarrollar las sesiones al nivel más alto posible, de acuerdo a las condiciones de cada jugador.

Fase competitiva

En esta fase ya se trabaja en realidad de juego, ojalá en juegos de 11 contra 11, con el objetivo de que el jugador se adapte al espacio, al tiempo, al rival, a sus compañeros, a la zona de juego, etc. Debe experimentar todas las variables posibles para que desarrolle de mejor forma sus habilidades y las lleve al partido.

Mientras más realista sea el entrenamiento, mejores resultados se obtendrán y mejor será el rendimiento en general. Esta fase es importante para afinar todos los detalles necesarios, saber realizar los movimientos precisos de acuerdo a la jugada, y a su vez, mejorar la técnica en velocidad; se debe realizar todo en el contexto real de juego.

Las tres fases deben ir encadenadas según su progresión. Cuando pasamos de fase y observamos que nuevamente siguen las imprecisiones o la ejecución de estos, se debe volver a la fase anterior y corregir hasta ver que se realiza de buena forma. La reiterada ejecución de los gestos técnicos y movimientos tácticos, llevaran a una mejor compresión y mayor especialización del objetivo trabajado, logrando un rendimiento deportivo más eficiente.

Mauricio Benavides Muñoz.

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